Primus ad ima ruit magna de luce superbus,
Sic homo, cum tumuit, primus ad ima ruit.
El primer soberbio cayó de la magna luz a los abismos:
Así el primer hombre, ensoberbecido, cayó a los abismos.
En ella va relacionando el Génesis con el Nuevo Testamento:
Sola fuit mulier patuit qua janua letho,
Et qua vita redit sola fuit mulier.
Frater iniquus erat justum qui perculit olim,
Damnator Christi frater iniquus erat...
Una sola fue la mujer por quien se abrió la puerta a la muerte
Y por quien se devolvió la vida fue una sola mujer.
El hermano inicuo fue el que hirió al justo antaño,
El que condenó a Cristo fue un hermano inicuo...
Los dos acontecimientos reunidos como en el relieve irlandés de la cruz de Monasterboyce.
Con esa estructura capicúa se quiere expresar la simetría entre el principio y el fin de los tiempos, la caída y la redención del hombre.
También se lee allí un himno, A solis ortus cardine, cuyas estrofas van empezando cada una por una letra en orden alfabético, capricho que se emplea también en el famoso Altus prosator atribuido a San Colum Cille.
Artificios poéticos a que eran aficionados los escritores de su tiempo.
Se duda de dónde fuese natural Sedulio: se han propuesto Hispania e Italia. También Irlanda: como hubo siglos después otro famoso poeta Sedulio irlandés, Sedulio Escoto, y como no era raro entre los irlandeses medievales latinizar en la forma Sedulius el nombre Siadhal, varios autores de ese país han adoptado esta opinión con entusiasmo.
Uno de éstos fue el polígrafo George Sigerson, naturalista, médico, literato y político. Sigerson fue un personaje importante en el renacimiento de las letras irlandesas. Sus dos antologías poéticas: The poets and poetry of Munster (1860) y Bards of the Gael and Gall (1897) tuvieron una gran influencia.
Aparte de físico, botánico y zoólogo (materias que explicaba en la Universidad) fue condiscípulo de Freud en las clases del doctor Charcot en París, y se convirtió en un psicólogo en boga entre la intelectualidad irlandesa a principios del siglo XX.
George Sigerson, pues, publicó una traducción parcial del poema más importante de Sedulio, el Poema pascual. En su introducción no sólo afirma sin vacilaciones que Sedulio fue irlandés, sino que lo hace orgulloso partícipe de la tradición druídica y poética irlandesa y lo pinta así, al partir de Irlanda a empaparse de la cultura grecolatina: "espléndidamente ataviado como un jefe irlandés dejaba atrás su isla nativa con el hechizo de su niebla y de su poesía bárdica (minstrelsy)"...
Cuenta que Sedulio estudió en Galia y tuvo escuela de retórica y poesía en Italia y en Grecia, que se convirtió al cristianismo y peregrinó a Tierra Santa.
Sigerson ve una señal inequívoca del origen hibernio de Sedulio en su especial sensibilidad lírica ante la naturaleza, y en particular ante el mar (ese detalle realista, por ejemplo, de Cristo que "baja a la playa y con sus pasos huella las algas secas", o la evocación del paraíso donde "las flores perennes halagan a la hierba del prado, la delicia de los bosques que beben de refrescantes arroyos y vergeles donde no faltan vistosas frutas").
Minuciosamente va rastreando todos los rasgos psicológicos perceptibles en el Poema pascual que a su juicio dibujan una personalidad inconfundiblemente irlandesa.
Minuciosamente va rastreando todos los rasgos psicológicos perceptibles en el Poema pascual que a su juicio dibujan una personalidad inconfundiblemente irlandesa.
Comprueba también la similitud entre el virtuosismo de Sedulio en la versificación, con abundancia de aliteraciones y rimas internas, y la complicada métrica de los bardos irlandeses. Según él, la raza céltica estaba maravillosamente dotada para la rima, mientras el sentido del tiempo caracterizaba al oído poético grecolatino.
Un poeta celta familiarizado perfectamente con la cultura latina por la larga convivencia de ambas culturas en Galia (cisalpina y transalpina) y Britania estaba en condiciones de componer una poesía magnífica.
Sigerson está convencido de la determinante influencia de la poesía céltica, y en particular irlandesa, en el desarrollo de la lírica latina medieval.
El Poema pascual de Sedulio es la narración en cinco cantos de la vida de Cristo, culminando (de ahí su título) en la Pasión y en la Redención.
El pecado original abre el libro II:
Expulerat primogenitum saevissimus anguis
Florigera de sede virum blandique saporis
Inlecebris letum misero portarat amarum.
"La sierpe crudelísima había expulsado al primer hombre de la sede floreciente y le había suministrado un amargo veneno mezclado entre dulces placeres..."
Claro es, por culpa de Eva:
...heu, noxia coniux!
Noxia tu coniux magis an draco perfidus ille?
Perfidus ille draco, sed tu quoque noxia coniux.
Pro dolor! aeterni fuerant duo. crescere postquam
Coepit origo, perit clademque a semine sumpsit.
Perfidus ille draco, sed tu quoque noxia coniux.
Pro dolor! aeterni fuerant duo. crescere postquam
Coepit origo, perit clademque a semine sumpsit.
"¡Ay, mujer culpable! ¿Culpable tú o más pérfido aquel dragón? Pérfido el dragón aquel, pero tú también culpable, mujer. ¡Ay dolor! Las dos culpas han traído consecuencias para siempre. Apenas nacida nuestra estirpe muere y en la simiente le viene la desgracia."
Llegan los loores de María ("Sola sine exemplo placuisti femina Christo": "Tú pluguiste, única mujer sin parangón, a Cristo"), el relato del nacimiento, la llegada de los Reyes y la matanza de los inocentes, con la desesperación unánime de las madres:
Haec laceros crines nudato vertice rupit,
Illa genas secuit, nudum ferit altera pugnis
Pectus et infelix mater (nec iam modo mater)
Orba super gelidum frustra premit ubera natum.
Illa genas secuit, nudum ferit altera pugnis
Pectus et infelix mater (nec iam modo mater)
Orba super gelidum frustra premit ubera natum.
"Ésta se arrancaba los pelos haciéndose calvas en la cabeza, aquélla se arañaba las mejillas, la otra se daba de puñetazos en el pecho desnudo y una madre desdichada (ya ni madre) estrechaba en vano a su hijo helado contra las tetas huérfanas de él".
Dramatismo semejante se ve más tarde en la descripción de un velatorio:
Ventum erat ad maesti lugentia culmina tecti
Deflentemque domum, moriens ubi virgo iacebat
Extremum sortita diem, trepidusque tumultus
Omnia lamentis ululans implebat amaris,
Funereosque modos cantu lacrimante gemebant
Tibicines, plangorque frequens confuderat aedes.
Ponite sollicita conceptos mente dolores,
Hic sopor est, Salvator ait, nec funus adesse
Credite, nec somno positam lugete puellam.
"Había llegado a los luctuosos tejados de la triste casa y lloroso hogar, donde yacía muerta la muchacha, a quien le había tocado esa suerte al caer la noche; una muchedumbre rebullía llenándolo todo de amargos lamentos que aullaba, los flautistas lloraban unas cadencias fúnebres con gimiente canto y el templo se llenaba de los lamentos de la multitud. "Dejad de lado los dolores concebidos por una mente angustiada: esto es un letargo -dijo el Salvador-; no creáis que estáis en un velatorio ni lloréis a esta muchacha dormida".
Igualmente en la resurrección de Lázaro los presentes ven asombrados "el alma repentinamente presente en sus propios tuétanos, un cadáver viviente y, como vuelto a nacer después de las honras fúnebres, el muerto resurgir como hijo póstumo y heredero de sí mismo".
Una paráfrasis amplificada del Padrenuestro permite esta visión utópica del reino de Cristo,
Deflentemque domum, moriens ubi virgo iacebat
Extremum sortita diem, trepidusque tumultus
Omnia lamentis ululans implebat amaris,
Funereosque modos cantu lacrimante gemebant
Tibicines, plangorque frequens confuderat aedes.
Ponite sollicita conceptos mente dolores,
Hic sopor est, Salvator ait, nec funus adesse
Credite, nec somno positam lugete puellam.
"Había llegado a los luctuosos tejados de la triste casa y lloroso hogar, donde yacía muerta la muchacha, a quien le había tocado esa suerte al caer la noche; una muchedumbre rebullía llenándolo todo de amargos lamentos que aullaba, los flautistas lloraban unas cadencias fúnebres con gimiente canto y el templo se llenaba de los lamentos de la multitud. "Dejad de lado los dolores concebidos por una mente angustiada: esto es un letargo -dijo el Salvador-; no creáis que estáis en un velatorio ni lloréis a esta muchacha dormida".
Igualmente en la resurrección de Lázaro los presentes ven asombrados "el alma repentinamente presente en sus propios tuétanos, un cadáver viviente y, como vuelto a nacer después de las honras fúnebres, el muerto resurgir como hijo póstumo y heredero de sí mismo".
Una paráfrasis amplificada del Padrenuestro permite esta visión utópica del reino de Cristo,
Morte vacans et fine carens, cui nulla per aevum
Tempora succedunt, quia nescit tempus habere
Continuus sine nocte dies: ubi principe Christo
Nobile perpetua caput amplectente corona
Victor opima ferens gaudebit praemia miles.
Continuus sine nocte dies: ubi principe Christo
Nobile perpetua caput amplectente corona
Victor opima ferens gaudebit praemia miles.
"que ignora la muerte y no tiene fin, en cuya eternidad no se suceden unos tiempos a otros, donde un día continuo sin noche ignora que el tiempo exista, donde, reinando Cristo, el guerrero victorioso, ceñida la noble cabeza de una corona perpetua, gozará llevando copiosas recompensas".
Amplitud de la frase que contrasta con el estallido en la invectiva contra Judas:
Tune cruente, ferox, audax, insane, rebellis,
Perfide, crudelis, fallax, venalis, inique,
Traditor immitis, fere proditor, impie latro...
Amplitud de la frase que contrasta con el estallido en la invectiva contra Judas:
Tune cruente, ferox, audax, insane, rebellis,
Perfide, crudelis, fallax, venalis, inique,
Traditor immitis, fere proditor, impie latro...
El poema de Sedulio fue muy leído y citado en la Edad Media y repetidamente editado en varios países (Sigerson cita setenta y cinco ediciones desde 1475 hasta 1876).
Los santorales irlandeses celebran la festividad de San Sedulio el 12 de Febrero.
Los santorales irlandeses celebran la festividad de San Sedulio el 12 de Febrero.
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