in gérat co nglaini
la hÍssu co ngili
táthus már maith airi
El cuerpo de Ágata fue atormentado:
Esa campeona de pureza.
Con el resplandeciente Jesús
Goza ella un gran bien.
Esta estrofa dedica el santoral de Óengus (Féilire Óengusso) a la santa que se celebra hoy. Óengus mac Óengobann lo escribió en el siglo IX, tal vez a finales del VIII. Al término de la obra, declara que tanto o más que a él, su autoría debe atribuirse a los propios santos celebrados, a la vez que promete grandes beneficios en la otra vida a quien tenga por costumbre frecuentar sus versos. Lo que puede hacerse sin apagar el ordenador pinchando el enlace de la derecha.
Sin esperar a estas ganancias escatológicas, el Féilire Óengusso puede depararnos algún buen rato.
Óengus mac Óengobann era un poeta consumado que dominaba con destreza el arte del verso (no hay más que ver cómo se combinan las repeticiones de consonantes -aliteraciones- y vocales -rimas, asonancias- en la estrofa de arriba).
Esta complicada lacería de sonidos, la monotonía del ritmo y las fórmulas estereotipadas que vuelven una y otra vez producen una sensación parecida a la del que mira la lumbre o las olas del mar.
Sin duda lo más ameno del libro son las notas, que no se deben al autor sino que han ido siendo añadidas a lo largo de los años por distintos clérigos anónimos. Para esta santa, sin embargo, no hay apenas nada: "Agatha: virgen".
La palabra que emplea aquí para "martirizar", crochad, significa propiamente "crucificar" y viene del latín crux, aunque Santa Águeda no fue crucificada.
Este verbo tuvo mucho éxito en irlandés: de "crucificar" pasó a "ejecutar", y hoy es así como se dice "colgar", de manera que, etimológicamente, se crucifica en la pared a un cuadro o a un paño de cocina. Una percha para la ropa es un crochadán, "crucificadero".
La historia del martirio de Santa Águeda, redactada en el siglo V, puede leerse en el primer tomo correspondiente a Febrero de las Acta Sanctorum (en latín: pinchando el enlace).
Allí también se recogen dos himnos a la santa, uno de San Dámaso y otro que se utilizaba en la liturgia mozárabe.
Si en España en varios lugares las mujeres gozan de cierta autoridad en este día, en Occitania están vedadas algunas tareas femeninas, como hacer la colada, hilar y otras. Al parecer, la santa se pasea por los pueblos transformada en gata y se cuela en las casas para comprobar si se respeta la prohibición. La mujer que la transgrede muere y es arrastrada al cementerio.
Esta metamorfosis se ha visto facilitada porque Santo 'Gato, en occitano, suena como "santa Gata".
Santa Águeda es también protectora contra los incendios, porque cuando murió se produjo una gran erupción del Etna.
Es curioso que por estos días hay varias fiestas de santos que tienen que ver con la luz y el fuego: San Blas, Santa Brígida de Irlanda, la Candelaria... También el culto de Santa Lucía está muy vinculado al de Santa Águeda. Y Santa Lucía aparece en el Féilire Óengussa el día 6 de Febrero...
[Ilustración: Santa Águeda curada de sus heridas por San Pedro, de Giovanni Lanfranco]
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