viernes, 10 de febrero de 2012

La inspiración de Caedmon

El primer poeta en lengua inglesa de nombre conocido es Caedmon, que escribió en el siglo VII. El repentino y milagroso despertar de su vocación poética durante un sueño, en la tibia y oscura soledad de una cuadra, lo narra Beda (Historia ecclesiastica gentis Anglorum, IV, 24). Allí también recoge el único vestigio que perdura de su abundante poesía: nueve versos inaugurales sobre la Creación. 
A su rincón le llegarían a Caedmon la música y las risas de la fiesta de la que se había retirado discretamente, avergonzado de su propia cerrilidad.
Jorge Luis Borges recuerda este episodio en las Antiguas literaturas germánicas y en el ensayo "El sueño de Coleridge" de Otras inquisiciones, donde se trata de obras artísticas reveladas en sueños. También Alfonso Reyes dedica algunas páginas en La experiencia literaria a la inspiración onírica.
Sin embargo, lo que se le concede a Caedmon no es una obra hecha, sino la aptitud para componerlas. Su ángel no le inspira -no le sopla- los poemas. A decir de Beda, cuando le proponían algún tema, se quedaba largo rato rumiándolo como un buey antes de empezar su canto.
Caedmon no podría decir "Canta, musa...", sino "Yo canto", como Virgilio. No es la voz del espíritu lo que fluye de sus labios, sino el resultado de un trabajo.
Es casual sin duda, pero Virgilio -natural de Mantua en la Galia Cisalpina- lleva un nombre celta que significa "trabajador": verg- es la misma palabra que el griego ergon y el inglés work.
También es verdad que la misma es la que resulta en el irlandés fearg, "furor", y en energúmeno...


labriegos. Manuscrito anglosajón.


En todo caso, ¡cuál no sería el deslumbramiento del pobre cateto al descubrir  el don de la poesía, cuando lo primero que hizo al despertar fue correr a dar la noticia a las autoridades conventuales! 
A la cabeza del monasterio -el célebre monasterio de Whitby, donde, como era entonces frecuente, convivían monjes y monjas- estaba su fundadora Santa Hilda, mujer de la realeza y al parecer inteligente, enérgica y decidida. En este cuadro de James Clark (pinchar el enlace) se la ve más joven, en su primer convento de Hareteu ("La Isla del Ciervo"), hoy Hartlepool.




Cantor y músicos (el rey David). Manuscrito anglosajón. Siglo VIII


San Caedmon, pues, fue sometido a examen y se comprendió que había adquirido sobrenaturalmente la inspiración y la técnica poéticas. Escribiendo era el mejor, dice Beda, porque no había tenido por maestro a ningún hombre, sino directamente a Dios. A pesar de ser el padre de la poesía inglesa, Caedmon no llevaba un nombre inglés, sino britano, celta. ¿Sería de estirpe nativa o, por algún tipo de esnobismo, le pondrían ese nombre extranjero?
Caedmon representa una forma evolucionada del britano Catamanos, que evolucionaría al galés Cadfan. En Catamanos reconocemos el nombre del combate, cat- (irlandés cath). La segunda parte podría representar un antiguo mandos, "caballería" y el nombre entero sería "montura de guerra".
No era, desde luego, un nombre excepcional y está atestiguado desde antiguo. 
Existe un San Cadfan, hijo de un primer matrimonio de Santa Gwen Teirvron (ver Perro Feroz y Jacuto), con Eneas Lydewig, o sea Eneas el Bretón.
También hubo en el siglo VII un rey Cadfan ap Iago, que reinó en el Noroeste de Gales y cuya lápida tumbal (conservada en el pueblo de Llangadwaladr), bastante jactanciosa, reza:
CATAMANUS
REX SAPIENTISI
MUS OPINATISIM
US OMNIUM REG
UM 


CATAMANO
EL REY MÁS SABIO
Y DE MAYOR FAMA
ENTRE TODOS LOS REYES





No hay comentarios:

Publicar un comentario